Origen Etimológico de Armagedón

Por: Lic. Marcos Blanco

Nota: Este artículo puede tener ciertas incoherencias en la transliteración de algunos términos de los originales bíblicos. Cuando lo encontramos en http://www.tagnet.org/logos verificamos que estaba en esta misma condición. En algunos casos cuando consideramos que dichas incoherencias eran evidentes (las letras fueron sustituidas por símbolos extraños) las sustituimos por puntos (…), pero sin causar perdida alguna en la idea expresada. Con todo lo hemos publicado por considerarlo de gran valor para todo estudiante de la profecía bíblica – H. A. Delgado.

Aunque el origen lingüístico de los términos bíblicos puede ser incierto y no determina necesariamente los significados teológicos, tales términos aún transmiten algún significado teológico. Ese parece ser el caso de Apoc. 9:11, donde el nombre del ángel del abismo aparece en Hebreo (Abadón) y en Griego (Apollión).[1] De igual manera, la palabra Armagedón de Apoc. 16:16 («Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón») ha sido el centro de varios estudios filológicos por su posible relación con el significado teológico de la séptima plaga.

Si bien existen varios trabajos lingüísticos tendientes a descifrar el origen etimológico de dicha palabra, los eruditos aún no se han puesto de acuerdo ni siquiera dentro del ámbito adventista.[2] Debido a que la comprensión del significado de esta palabra ha dado lugar a interpretaciones muy variadas de la séptima plaga, es necesario determinar con precisión el origen de dicho vocablo, con el objetivo de bosquejar las implicaciones teológicas que contiene.

Es imprescindible la identificación precisa de la localización geográfica que este vocablo refiere, ya que «la analogía o lección que se extraiga del establecimiento histórico de Armagedón solamente puede ser determinada después de haber establecido el lugar».[3]

Significado etimológico del vocablo

Para poder interpretar el vocablo Armagedón se han brindado las siguientes sugerencias:[4]

1. Que el vocablo Armagedón hace referencia a la ciudad de Seguido…

2. Que el vocablo Armagedón hace referencia al monte de Seguido…

3. Que el vocablo Armagedón es una transliteración equivocada del hebreo har moed, «el monte de la asamblea» (Isa. 14:13).

4. Que el vocablo Armagedón es una transliteración equivocada del hebreo… himdah, «la ciudad del deseo» (Jerusalén).

5. Que el vocablo Armagedón es una transliteración equivocada del hebreo har migdo, «su montaña fructífera» (monte Sión).

En cuanto a la primera suposición, que hace referencia a la ciudad de Meguido, no tiene apoyo en ninguno de los diccionarios exegéticos relevantes. Además, A. Caïrus considera que » es más probable que represente directamente el hebreo har [monte]».[5]

La segunda opción (monte de Meguido) y la tercera opción (monte de la asamblea) serán discutidas en forma más extensa a continuación, ya que representan a las dos interpretaciones más citadas por los eruditos y merecen un tratamiento más detallado.

Armagedón conectado con el monte Meguido

Se alinean bajo esta interpretación aquellos que ven este vocablo conectado con Meguido, una ciudad situada en la planicie de Esdraelón, cerca del monte Carmelo.

El término har «puede llegar a designar montañas, montes o simples colinas».[iii][6] Además, puede referirse a un accidente geográfico, individualmente o a toda una serie de ellos, como serranía, cordillera o cuchilla.[7] En este sentido, ha sido interpretado (1) como la colina sobre la cual se asentaba Meguido, que hoy se alza 21 m sobre el nivel de la ruta Egipto-Mesopotamia que domina, (2) como el «monte» (serranía) del Carmelo, escenario de la famosa confrontación de Jehová con Baal, en cuyas primeras estribaciones se halla; y también puede llegar a entenderse (3) como el conjunto de elevaciones que flanquean por ambos lados la ruta mencionada, desembocando en una porción de la llanura de Esdraelón, «el valle de Meguido».[8]

En cuanto a los elementos lingüísticos, existe una diferencia en la consonantización. En primer lugar, tal como puede verse a simple vista, el vocablo en griego agrega una «n» final: Meguidón; pero el nombre de la ciudad en hebreo es Meguido, sin esa última consonante en griego. Es simple resolver este hecho, si se observa que Zac 12:11 rinde este vocablo como «Meguidón» en el Texto Masorético.

En cuanto a la vocalización, también existe una diferencia, ya que en el griego aparece como «Meguidón», mientras que en hebreo es «Maguedón». Esta diferencia no es importante, si se tiene en cuenta que la LXX translitera una vez Meguido como «Maguedon» (Jue 1:27) y también «Maguedo» (2 Cron. 35:22).[9]

Como es de notar, la interpretación de Armagedón como har-meguido o monte de Meguido prácticamente no tiene problemas textuales. Si bien existen algunos exegetas y lingüistas que no resuelven el problema y piensan que este enigma aún espera una solución;[iv][10] al pesar los argumentos hay que tener en cuenta que esta interpretación ha contado con «la más amplia aceptación entre los eruditos».[v][11] Además, luego de haber revisado las restantes interpretaciones, el eminente lingüista Eberhard Nestlé concluyó: «Después de todo, encontrar una alusión aquí a Meguido   [. . .] es la explicación más probable».[12]

Varios autores han levantado argumentos contra la interpretación del «monte de Meguido» porque: (1) el Monte Meguido no existe en la literatura previa al NT; (2) los exegetas más tempranos nunca lo interpretaron de esta forma; (3) el monte Meguido no aparece asociado nunca en el Apocalipsis con la batalla final; y (4) en la escatología hebrea la batalla final es peleada en Jerusalén.

Estos elementos, sin embargo, se basan en el argumento del silencio. Para J. Paulien, no existe  elemento alguno para negar la posibilidad de que el autor le haya dado una nueva significación al monte Meguido:

«Ellos [los argumentos presentados previamente] no excluyen la posibilidad de que el autor del Apocalipsis viera elementos de la batalla ideológica sobre el Monte Carmelo [el monte de Meguido] como decisivos en la batalla final entre Dios y el pecado».[13]

Otro de los mayores inconvenientes para entender la etimología de Armagedón como «monte de Meguido» se encuentra en el hecho de que la ciudad de Meguido no está ubicada sobre un monte, sino que está elevada apenas unos 21 m sobre el nivel de la planicie de Esdraelón. Además, tampoco se conoce hasta ahora un monte llamado «Meguido». Estos argumentos han hecho que se busque otra etimología para este término.

Para W. Shea, antes de abandonar la interpretación de Armagedón como el «monte de Meguido», los intérpretes deberían haber prestado más atención a la geografía de Palestina.[14] Meguido no era un monte,  ni tampoco una planicie; sino una ciudad. Como tal, esta estaba situada en la planicie o valle de Jezreel o Esdraelón. El valle no era nombrado por la ciudad, ni la ciudad deriva su nombre del valle.[15]

Sin embargo, en la antigüedad se podía identificar algunos aspectos de la topografía que rodeaba las ciudades del antiguo Cercano Oriente por el nombre que recibían. Este proceso era posible en hebreo por el uso de una cadena constructa equivalente a un genitivo de posesión. Este es el caso de Juec 5:19, el cántico de Débora y Barac, donde las fuerzas de Jabin y Sísara se enfrentaron con las de Débora y Barac en la vecindad de «las aguas de Meguido».

¿Cuáles eran esas aguas? De acuerdo con la explicación de W. Shea, la ciudad de Meguido estaba localizada en el extremo sur del valle de Jezreel, y el hilo de agua que atravesaba todo el valle, incluso la ciudad de Meguido, era el «Wadi Kishon».[16] Puede verse claramente, entonces, que se hace una identificación del «torrente de Cisón» con «las aguas de Meguido» en el canto de Débora (Jue 5:21 comparado con 5:19).[17]

Por analogía con el constructo hebreo «las aguas de Meguido», el «monte de Meguido» podría ser localizado cerca de aquella ciudad. La ciudad de Meguido estaba situada al pie de la cuesta de lo que los geógrafos modernos de Palestina han llamado la cadena montañosa del Carmelo. El lugar llamado Carmelo aparece 20 veces en el AT. Dieciséis de esas veces aparece sin estar conectado con una cadena montañosa o un monte. En sólo cuatro veces Carmelo aparece junto al determinativo «monte» o «montaña» (nunca montes o cadena montañosa). Dos de estas veces hace referencia a la experiencia de Elías (1 R 18: 19, 20), y las otras dos a la experiencia de Eliseo (2 R 2:25; 4:25). Para resumir, W. Shea concluye que:

«Tal como la expresión «aguas de Meguido» se refiere al río que corría por Meguido, pero que era conocido por otro nombre (el torrente de Cisón), así el «monte de Meguido» debería ser identificado con el monte que yace cercano a Meguido, pero que era conocido por otro nombre: Monte Carmelo. Por lo tanto, sobre la base de la proximidad geográfica, al igual que con la analogía textual e histórica, el «monte de Meguido» de Apocalipsis 16:16 debe ser identificado como el Monte Carmelo».[vi][18]

De esta manera, utilizando el método exegético de la analogía, analizando el cántico de Débora y Barac, y comprendiendo el uso del constructo hebreo, podría quedar resuelto el argumento que niega la relación de Armagedón con el «monte de Meguido».

Armagedón conectado con el monte de la asamblea

El argumento que ve en Armagedón una posible transliteración griega del hebreo har moed, «monte de la asamblea», una referencia al monte celestial de Dios en Isa. 14:13 (e indirectamente en Sal. 48:1-8) fue presentado por primera vez por Charles C. Torrey.[19]

Este sustantivo, moed, aparece unas 200 veces en el AT, dando la idea de «un lugar señalado para la reunión». El monte de la asamblea es identificado en Isa. 14:13 por «los lados del norte». En Sal. 48:2 también se hace referencia a que la ciudad del gran rey se encuentra en el monte Sión, a los lados del norte. En Am 1:2 se menciona que desde Sión y desde Jerusalén vendrá la liberación de los justos.[vii][20] Otros pasajes que hablan de la pelea de la batalla final, cuando los malvados serán destruidos, son Zac. 14:1-4; Eze. 11:23 y Joel 3:19-26. Para esta interpretación, Armagedón representaría el lugar en el cual los malvados serán destruidos por Dios, en este caso, el monte de la asamblea o monte Sion.

Otra interpretación ligeramente diferente sólo hace referencia a Isa. 14:13. De esta manera, el monte de la asamblea designaría el deseo de Satanás de apoderarse del trono de Dios, representado por el monte Sión.

Como ya se ha planteado, esta interpretación se basa en la presuposición de que se cometió un error al transliterar el vocablo Armagedón. Según Leona Running:[21]

«El traductor no dudó en reconocer la palabra har, pero no fue capaz de reconocer moed, así que transliteró toda la expresión, y esta aparece en el NT griego con la adición de on, como ArMagedwn. Este nuevamente ha sido transliterado del griego como Armagedón, suprimiendo la h y agregando la d, sin duda debido a la obsesión de los traductores con Meguido».

Aunque Joachim Jeremías no se explica cómo se puede justificar el cambio de la (de d(Om por la (en magedón,[22] Charles C. Torrey ha demostrado satisfactoriamente cómo en varias versiones, tales como la de Teodocio, transliteran la ( (ayin) del hebreo por la g (gamma) del griego (como sucede con «Gomorra»).[23]

Aunque el cambio de (ayin) del hebreo por g (gamma) del griego puede verse justificado, no pasa así con la terminación -ón. De esta manera lo declara  Caïrus: «la terminación -ón no ha sido explicada todavía satisfactoriamente por los proponentes de esta identificación, ni las diferencias en vocalización».[24]

Aunque esta posibilidad es mencionada por muchos comentadores, pocos la favorecen. G. R. Beasley-Murray juzga que esta «especulación debe ser vista como dudosa».[25] De la misma manera, el Diccionario adventista del séptimo día considera esta  opción como «posible aunque no probable».[26] S. Mathews piensa que esta interpretación presupone «una serie de correcciones altamente especulativas del texto, al igual que varias suposiciones críticas con respecto a la estructura del libro de Apocalipsis».[27] Paulien también considera que esta interpretación se diluye si no se acepta la teoría de que el Apocalipsis es la traducción de un original hebreo.[28]

Por lo tanto, el mayor problema para aceptar el origen etimológico de Armagedón como har moed, se halla en la «gran distancia ligüística que separa moed de magedón».[29]

En cuanto a las otras interpretaciones («la ciudad del deseo» o «su monte fructífero»), no serán analizadas, debido a que también se basan en la presuposición de una mala transliteración del hebreo y a que «tales frases hebreas aún no han sido constatadas». [30]

Implicaciones teológicas de interpretar Armagedón como el monte de Meguido

Es evidente que el monte de Meguido de Apoc. 16:16 no debe ser identificado solo geográficamente con el monte Carmelo, sino que tiene profundas significaciones históricas.[31] Como la imagen del secamiento del Éufrates hacía referencia a la batalla histórica de la toma de Babilonia por parte de Ciro, funcionando esta como un tipo de la liberación del pueblo de Dios por parte del Mesías, la referencia al monte Carmelo hace alusión a otra batalla famosa de la Escritura. Esta batalla fue la que se libró entre Elías y los profetas de Baal (1 Rey. 18).[32] De esta manera, Shea ve en el dragón al poder político, representado en el monte Carmelo por Acab. Si la bestia de Apoc. 16:13 es la misma del capítulo 13, entonces haría referencia a la mujer impura de los capítulos 17 y 18 como un poder religioso apóstata, representado en el monte Carmelo por Jezabel. Completando el otro «espíritu inmundo», el falso profeta estaría representado por los 850 profetas de Baal.

Otra imaginería puede ser tomada de la interpretación de monte Meguido. Esta es presentada por LaRondelle:

«Es necesario relatar que el medio ambiente de Meguido ha sido testigo de las dramáticas derrotas y destrucción de los reyes cananeos a través del desborde del río Cisón en los días de Débora (Juec. 5:19-21); la matanza de los falsos profetas de Baal en el valle Cisón en los días de Elías (1 Rey. 18:40); y la muerte inoportuna del piadoso rey Jozías al luchar sobre la planicie de Meguido, el cual causó el luto anual de todas las tribus de Israel (2 Rey. 23:29; 2 Cron. 35:20-25).»[33]

Conclusión

Al comparar la analogía con el trasfondo del AT, Armagedón debería ser visto como un conflicto espiritual en el que los principales personajes en pugna son Cristo y Satanás, la última batalla entre el bien y el mal. Así, Armagedón es el nombre apocalíptico en Apocalipsis 16:16 para el lugar donde la Babilonia del tiempo del fin y sus reyes de todo el mundo reciben el juicio de Dios a causa de la última rebelión contra Dios.[34] Es decir, el monte de Meguido permanece en un contraste directo con el monte Sión de Apocalipsis 14:1, el lugar de la liberación de los 144.000 fieles del pueblo de Dios.

La interpretación que ve en Armagedón una referencia al monte de la asamblea finalmente llega a conclusiones teológicas muy similares. En este sentido, puede finalizarse este artículo con las palabras de Caïrus: «Más importante que pretender fijar un sentido único para el vocablo es asegurarnos de que comprendemos el mensaje del contexto en el que se inserta».[35]

Notas y Referencias:

1. Hans K. LaRondelle, «The Etymology of Harmagedon (Apoc. 16:16)» Andrews University Seminary Studies 27 (Spring 1989): 69.

2. Para una discusión acerca de las interpretaciones adventistas con respecto a la interpretación teológica de este vocablo, ver: Raymond F. Cottrell, Pioneer Views on Daniel Eleven and Armageddon (Manuscrito no publicado, 1951) y Hans K. LaRondelle, «Armageddon: History of Adventist Interpretations», en Symposium on Revelation – Book II, 435-449.

3. William Shea, «The Location and Significance of Armageddon in Rev 16:16», Andrews University Seminary Studies 23 (1980) 2:159.

4.  J. W. Bowman, «Armageddon», en The Interpreter´s Dictionary of the Bible, ed. George Arthur Buttrick (Nashville, NY: Abingdon Press, 1962), 311.

5. Aecio Caïrus, «Para el estudio de Armagedon», e-mail personal enviado a Marcos Blanco, 20 de octubre de 1999.

6. Ibid., 1.

7. Ibid.

8. Ibid.

9. LaRondelle, «Etymology of Har-maguedon», 70.

10. Joachim Jeremías, «Ar-m#ªgeddwn», en Theological Dictionary of the New Testament, ed. Gerhard Kittel (Grand Rapids, MI: W:M. Eerdmans Publishing Company, 1964), 468.

11. Entre quienes interpretan Armagedón como har-meguido se encuentran: Ishon T. Beckwith, The Apocalypse of John, (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1979), 385 citado en LaRondelle, Ibíd. Este autor, además, cita las siguientes fuentes que apoyan esta interpretación: Henry Barclay Swete, The International Standard Bible Encyclopedia, 1979 ed., s.v. «Har-Magedon», por W.W. Buechler («the generally accepted view»); The New Bible Dictionary, 1962 ed., s.v. «Har-Magedon» por R. J. A. Sheriffs; The New Westminster Dictionary of the Bible, 1970 ed., s.v. «Har-Maguedon»; Edward Robinson, A Greek and English Lexicon of the New Testament, new ed. (New York, 1858), 94. Además Jon Paulien considera que «It is probably safest, then, to avoid emendation and to either follow the Church

Fathers or Lohmeyer and Shea, or to consider the problem unresolved», Jon Paulien, «Armagueddon», en The Anchor Bible Dictionary, ed. David Noel Freedman (New York, NY: Doubleday, 1922) 1: 395.

[viii][12] Eberhard Nestlé, «Har-Maguedon», en A Dictionary of the Bible, ed. James Hastings, 1909; citado en LaRondelle, «Etymology of Har-Maguedon», 70.

13. Jon Paulien, «Armagueddon», en The Anchor Bible Dictionary, ed. David Noel Freedman (New York, NY: Doubleday, 1922) 1: 395.

14. Shea, 159.

15. Ibid.

16. Ibid, 160.

17. «El centro de estos pasajes es que Dios controla y usa los elementos de la naturaleza para llevar a cabo sus propósitos. Dios produjo una terrible tormenta que hizo que el Cisón se desbordara. La lluvia y el torrente desbordado convirtieron el área del valle de Jezreel en un gran pantano. Los carros de los enemigos se empantanaron y los cananeos eran incapaces de maniobrarlos. De esta manera, Jehová le dio una gran victoria a su pueblo por medio de «las aguas de Meguido»; Ibíd.

18. Ibid.

19. Charles C. Torrey, «Armageddon», Harvard Theological Review 31 (1939): 237-248.

20. Aunque aquí el monte Carmelo parecería estar en antagonismo con el monte Sion, lo que apoyaría la interpretación anterior.

21. Leona G. Running, «Har-Magueddon According to the Hebrew in the Setting of the Seven Last Plagues of Revelation 16», Andrews University Seminary Studies 27 (Summer 1989) 2: 132.

22. Joachim Jeremías, «Har Mageddon», TDNT 1:468; citado en LaRondelle, «Etymology of Har-magedon», 71.

23. Charles C. Torrey, citado en Running, 132.

24. Caïrus, 1.

25. G. R. Beasley-Murray, Revelation, The New Century Bible Commentary (London, 1974), 245; citado en LaRondelle, «Etymology of Har-Magedon», 71.

26. «Armagedón», en Diccionario adventista del séptimo día, ed. en castellano Aldo D. Orrego (Florida, Buenos Aires: ACES, 1996), 97.

27. Shailer Mathews, «Har-Mageddon», Dictionary of the Bible, ed. James Hastings (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 1909), 333.

28. Paulien, «Armageddon», 395.

29. Ibíd.

30. Caïrus, 1.

31. Shea, 160.

32. Ibíd, 161.

33. LaRondelle, «Etymology of Har-Magedon», 72.

34. Ibíd.

35. Caïrus, 2

 

Fuente: Logos 3/3 diciembre 1999

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. EDUARDO dice:

    CUANDO NO SE DA UNA DEFINICION ESACTA DEL ORIGEN DE UNA PALABRA, ES MEJOR NO HACER UN COMENTARIO, PORQUE CAEMOS EN EL HERROR DE LA ESPECULACION, ESA PRACTICA EN LUGAR DE AYUDARNOS, NOS CONFUNDE.

    1. Hola Eduardo, no entendemos cómo usted puede decir que este artículo no provee una definición del término «armagedón» si es lo precisamente hace. Incluso el artículo hace referencia a todas las posibles opciones.

      Le recomendamos leer nuevamente el artículo sin que importe (y espero que este no sea el punto que subyace a su comentario), que le paresca correcta la conclusión del autor o no.

      Gracias por participar en nuestro blog.

  2. Hugo dice:

    Muy buen artículo. Hace tiempo que estaba buscando definiciones para esta palabra. Me parece muy equilibrado en las deducciones.

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